El gran objetivo de Carlos Alcaraz en este 2025 arranca el domingo en París. Tras las 14 victorias de Rafa Nadal, Roland Garros es el torneo por antonomasia de la temporada tenística para todos los españoles, y el murciano lo sabe muy bien tras ganar el año pasado. Así que este curso parte con el peso de la historia sobre su espalda, pues busca reeditar victoria. No lo va a tener nada fácil con el empuje de Jannik Sinner, que ha vuelto crecido de su sanción, aunque el español se llevó el gato al agua en Roma hace unos días. Pero no solo él, puesto que no va a tener un día tranquilo en el Bosque de Bolonia.
Ya se ha sorteado el cuadro final y el murciano va a tener el comienzo más duro de todos y cuantos ha tenido jamás en la capital gala. Nada más y nada menos que un veterano de guerra como el japonés Kei Nishikori será el oponente en su debut. El nipón, de 35 años y en el puesto 62 de la ATP, es un hueso durísimo. Aunque las lesiones hayan marcado su carrera y la arcilla no sea su superficie fetiche, la experiencia es un grado y a poco que le respete el físico, va a ser un estreno muy duro.
Siempre ha sido el de El Palmar un jugador de aquellos que van de menos a más en los grandes, pero esta vez no le va a servir, puesto que ya en la primera jornada -que en su caso apunta a ser lunes o martes-, no podrá tomárselo con la calma que acostumbra. Además de que va a ser algo totalmente nuevo para él, pues va a ser su primer enfrentamiento contra el asiático, que no deja de ser todo un ex-top 4 del mundo, aunque de eso ya han pasado 10 años.
Más allá de lo sufrido que pueda ser el partido contra Nishikori, el resto del sorteo ha sido benevolente con él. El segundo partido sería contra el ganador del choque entre Fabian Marozsan y Luca Nardi. Aunque lo más destacado es que ha evitado en su camino hacia la final a los números 1, 3, 5, 6 y 9 del mundo, que son Sinner, Zverev, Jack Draper, Djokovic y Alex de Miñaur. Aunque no todo es tan fácil, puesto que sí se podría cruzar en semis a Taylor Fritz, número 4; Casper Ruud, el 7; Lorenzo Musetti; o incluso al danés Holger Rune, su verdugo en la final del Conde de Godó.