Un mal ejemplo para todo los jóvenes deportistas que sueñan con llegar a la elite. Eso es lo que ofreció ayer la bielorrusa Aryna Sabalenka en la Philippe-Chatrier de Roland Garros. Y no por su tenis, el peor según ella, sino por otros dos motivos.
En primer lugar, despreció con sus declaraciones el esfuerzo y trabajo de su rival durante la final. Optó por ser dura consigo misma en vez de alabar a la campeona. Y, por si fuera poco, soltó una bomba contra la estadounidense recalcando que si Iga Swiatek hubiese pasado a la final, le habría ganado.
Algo que tuvo respuesta inmediata por parte de la norteamericana: "No estoy de acuerdo. ¡Aquí estoy! La última vez que jugué contra ella, sin desprestigiar a Iga, gané en tres sets. No creo que sea justo decir eso, porque puede pasar cualquier cosa. Sinceramente, tal y como ha jugado Aryna en las últimas semanas, era la favorita para ganar. Era la mejor persona contra la que podía haber jugado en la final, porque es la número 1 del mundo. Era la mejor rival. Creo que he jugado el partido más difícil, dadas las estadísticas. Como Iga es la campeona aquí, habría sido un partido difícil igualmente. Jugara contra quien jugara, tenía muchas esperanzas de ganar y tenía esa convicción. Si alguien me hubiera preguntado contra quién quería jugar, habría preferido enfrentarme a Iga porque Aryna jugó muy bien, pero Iga también es una rival dura. Ninguna de las dos habría sido mejor rival, pero las cosas sucedieron como sucedieron y por eso estoy hoy aquí".
Y el segundo motivo para que los menores dejen de idolatrarla es la confesión que hizo ante los medios de comunicación cuando le preguntaron cómo desconectaría de semejante varapalo: "Gominolas y tequila. Necesito un par de días para olvidarme por completo de este mundo, de esta locura. Tengo un vuelo reservado para Mikonos y sí, beberé tequila, comeré gominolas, nadaré, haré un poco de turismo".
Curiosamente, el mismo método que Carlos Alcaraz suele emplear tras vivir momentos de tensión, si bien el murciano lo suele hacer, según el documental de Netflix, tanto para las derrotas como para las victorias.
Pese a que se ha encargado de decir durante todo el torneo que mentalmente ha evolucionado muchísimo, se pudo comprobar una vez más que no. Que en los momentos donde la pelota no le entra, Sabalenka sigue sacando su peor yo. Y se autocastiga demasiado: "Ahora no veo como puedo ser indulgente conmigo misma, es el peor partido que he jugado en los últimos meses. Es como una broma, no puedo jugar así una final. Si fuera en cuarta ronda,... pero en la final de un Grand Slam no puede pasar esto. Con lo bien que he jugado todo el torneo, duele más hacerlo así en la final".