Francisco Salas3 min lecturaDaniil Medvedev tiene 29 años y pertenece a esa generación de tenistas que ha vivido todo el principio y gran parte de su carrera a la sombra de la última etapa gloriosa del big three, aquella en la que Roger Federer se apagaba, pero Rafa Nadal y Novak Djokovic aún arrasaban con todo a su paso. Sin embargo, eso no le ha impedido ser uno de los mejores de esta tercer década del siglo XXI. El moscovita ha ganado un grande, ha sido número 1 del mundo y aunque pasa por un mal momento, sigue peleando con tenacidad por no perder la rueda de la nueva generación que comandan Carlos Alcaraz y Jannik Sinner.
Para conseguir eso, que no es nada fácil es vital ser muy bueno en cada superficie, desde la arcilla a la pista dura, y claro está, pasando por la hierba, donde hasta ahora le ha faltado un poco. Sin embargo, este 2025, en el que ha tenido un gran bajón de forma que le ha mandado fuera del top 10 de la ATP, se ha propuesto empezar su remontada en el césped, y por lo pronto, en el torneo de Halle ha conseguido una victoria que jamás olvidará, la número 400 de su vida.
El ruso, tercer favorito, se ha impuesto al francés Quentin Halys en dos sets por 6-2 y 7-5, en un partido muy serio que además de ser un hito para el recuerdo por la cifra redonda, le sitúa en los cuartos de final del evento teutón. El moscovita, undécimo del mundo, tardó 62 minutos en ganar por segunda vez al francés al que ya había vencido en el Masters 1000 de Miami en 2023. Tras un primer ser soberbio, en el que controló a su antojo al galo, en el segundo fue más conservador, manteniendo el saque y esperando su oportunidad para romper en el momento justo y cerrar el triunfo.
Ahora Daniil espera al ganador del choque entre el griego Stéfanos Tsitsipas y el estadounidense Alex Michelsen para buscar un hueco en las semifinales. El griego llega tocado y el estadounidense no termina de ser competitivo en el pasto, por lo que tiene una buena oportunidad para sumar su victoria 401 y seguir avanzando en la clasificación histórica. Ahora mismo Medvedev, de 1996, es el tercer jugador nacido después de 1990 que logra alcanzar las 400 victorias después del búlgaro Grigor Dimitrov y el alemán Alexander Zverev. Quitando al búlgaro, del 91, los dos son mucho más jóvenes, -Zverev es del 97-, lo que habla de la generación tan irregular que lideran.